miércoles, 30 de junio de 2010

Avatar, cowboys y aliens






Sobre mi nota anterior "Avatar un tedio deslumbrante", cayeron algunas críticas. Los que defienden el contenido del film de James Cameron, tienen razón, es indiscutible su corrección. La lectura política es clara, tanto como fue en la película Dune de los años 80 y tantas otras. Habría que incluir aquí la mitad de las películas del oeste. Un mundo explotado, expoliado, amenazado de destrucción total por la codicia. Suena conocido. 


La novedad que incorpora el film, el "Avatar", la persona que se transporta al otro sin dejar de ser él mismo, y que termina identificado con ese ser más que con la persona original, vía concientización, vía ver y ponerse  en el lugar del otro, ya estaba presente en los western, por ejemplo, en "Un hombre llamado Caballo", donde un yanqui cautivo de los indios, termina adoptando su cultura y es quien dirige la lucha defensiva contra los blancos, al ver morir a su mujer indígena, embarazada. El "Avatar", la tecnología es otra, pero el desplazamiento del ser, es el mismo.

Tiene razón quienes me discutieron en las redes sociales, sobre la calidad de la película. Eso no significa que, en lo personal, como espectador, pueda opinar, pues no es un manifiesto, sino una obra. Que esperaba yo de Avatar? Lo que preanunciaba la publicidad y la crítica. Algo que me diera vuelta. Simplemente no ocurrió.



Es como cuando, hace un tiempo, me presentaron una muchacha que según mis amigos era mi perfecto complemento.  Por supuesto, no pasó nada. Más allá de lo subjetivo, y dejando de lado que era una linda mujer, no era para mí.

Cada uno carga sus experiencias vividas, lo visto, lo hablado, lo leído, toda esa carga, que nos transforma en individuos únicos. Este individuo dice que Avatar, pese a las expectativas, tampoco supera en emoción y contenido a una novela de SC FI de los años 50 (de las que he leído unas cuantas y me han conmovido hasta las lágrimas: sito La niña verde, todo Bradburry ) Además, el movimiento New Age de los 90 explotó en extremo estos temas, tanto que llegó a vaciarlos de contenido, como una remera del Che.




No sé si Avatar es una mala película, sólo que no respondió a las expectativas que de ella tenía. De cualquier modo, aclaré en la nota que estaba opinando en caliente, y que debía volver a verla. Muchas veces, con el paso del tiempo, he cambiado de opinión en cuestiones de artes y espectáculos. Pero que Avatar no me pegó, eso es cierto y personal.

Gracias por discrepar y decirlo, me obliga a revisar mi opinión. La voy a ver de nuevo. Promesa de blogger ! (Q)