martes, 28 de septiembre de 2010

Un wisky sobre la tumba de mi padre

 


 Ayer pude pagar una deuda con el Parque de Descanso, al menos de la parcela donde descansa el cuerpo de mi padre. Además cancelé a perpetuidad los gastos por mantenimiento. Quedan otros temas familiares que resolver, pero aún en asuntos de difuntos, es bueno ir paso a paso.

Siempre es feo el tema de la muerte. Mejor no hablar de él pensamos, pero, que te puedo contar, ahora que cumplí, que le dí tranquilidad eterna a sus huesos, puedo alejar el gesto incriminatorio de mi viejo, que me reprochaba, cada vez que no pagaba la cuota de su, llamemoslo, Club Social. Me veo tentado a decir que lo embromé, que ya no me puede reprochar nada. Pero no es así, simplemente cumplí con él.

Ayer, que hice el pago, fue un día bien primaveral, y aunque no me creas, haber honrado las deudas que pesaban sobre los restos de su cuerpo, me hace sentir más liviano.

Es posible que anoche, que me mandé una sobredosis de wisky, él me haya ayudado, porque el vaso bajaba más rápido de lo normal. Aunque en vida, esa bebida no lo atraía, quizá la muerte lo cambió. Es posible, así lo sentí yo, que mi viejo, o su espectro, me acompañó a escuchar blues hasta las tres de la mañana. (Q)

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