lunes, 8 de marzo de 2010

Vendimia, mezquindad y esfuerzo


No me puedo sustraer, cada año, de la Fiesta de la Vendimia en Mendoza. Con sus dimes y diretes, con su mezcla de mezquindad y esfuerzo,  sigue siendo un festejo auténtico. Mi participación en las ligas vendimiales tiene su historia. Mi suegro, Lidio Gonzales Werten, creador de las cajas lumínicas, me había incorporado clandestinamente al anfiteatro en 1977, en plena dictadura. Desde entonces, ha corrido mucha agua bajo el palco de las reinas. 
De mi amistad y colaboración de muchos años con Abelardo Vázquez y sus amigos, me quedó un cierto conocimiento del arte vendimial, que pude desarrollar en varias fiestas departamentales, como jurado y en el libreto de esa Fiesta Nacional 1997, pero sobre todo aprendí ese gustito por la ironía, esa mueca burlona, con el que los maestros de la vendimia enfrentaban la vida.(Q)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La fiesta central de este año me gustó mucho.Había mucha solidez en el guión.Pero sucedió, creo, lo del año 97.No hubo una puesta en escena como merecía ese guión.A pesar que su directora es una gran artista.Faltó algo de palabra y como siempre el énfasis en la poesía.Se que es una fiesta visual y el baile es imprescindible ,pero a mi me gustan los argumentos con poesía y esta la tuvo bellísima pero escasa.Mucho humor y bella música.Muy bien sopesado lo tradicional con lo moderno y la fusión, sobre todo el tango.