Anoche ví
El lector, la película basada en la exitosa novela del alemán Bernhard Schlink Este film goza del aplauso de parte de la crítica y del repudio de otros. Sin embargo, recibió nominaciones en varios festivales y un Oscar para Kate Winslet. (Yo sabía que la sacaba de algún lado, claro, es la piba de Titanic)
. El lector narra con gran eficacia la relación erótica de Hanna, una revisora de tranvías en la Alemania post guerra con un pibe de 15 años.
Desde luego, ella conoce de sobra las artes amatorias y él nada. Un acierto es la naturalidad con que se dá esta desigual relación, tema recurrente en la narrativa de la Europa de postguerra. El filme ha sido mal recibido en EEUU, no tanto por los desnudos de Kate Winslet sino por una cierta redención que hace de uno de los culpables del Holocausto.
Este es el tema de la nota. Es éticamente aceptable la simpatía hacia un genocida? Puede el arte tratar de entender lo que sucede en la mente de una persona que activa o pasivamente obedece una orden de asesinato masivo?
Sartre plantea el asunto de los caminos de la libertad. El existencialismo europeo, justo en los años 50, recalca el obvio hecho de que siempre somos libres. La obediencia debida entonces se vuelve una entelequia. Se puede matar a cientos de personas para hacer puntos o ganar estrellitas en el trabajo. Pero a filiosofía desde Nitsche dice: siempre sos libre. Para obedecer o escapar. Libre hasta para morir.
Es cierto que el film intenta preguntarse porque actuaron así los miembros de nacional socialismo, porqué una de las naciones más cultas del mundo pudo incluir las maneras más atroces?
Es buena la pregunta. Lo que no convencen son las respuestas. Cuando el juez interroga a Hanna porqué había dejado que ardiera una iglesia donde había cientos de prisioneras, ella contesta simplemente. Si yo hubiera abierto la puerta, ellas habrían escapado. Yo era la guardia. Era mi trabajo.
Digo que el problema de este tipo de obras es moral. Desde el plano estético, no queda dudas que el riesgo que implica poner al espectador en el la piel de alguien como la protagonista, es un éxito seguro. Y si te quedan dudas, alquilá en tu video club
Portero de Noche, de Liliana Cavanni. Es que el arte mismo es desde Poe, y mucho antes, una técnica del estremecimiento.(Q)
La nota sobre Amnesia post sexo ha tenido cierta repercusión en Facebook, aunque era una informacion científica, sin dudas tiene que ver con nuestra vida cotidiana. lMás allá del asunto del sexo, la amnesia despues de amar, vá mas allá y es aplicable a lo que se promete entre las sábanas, o a la luz de las velas, o caminado de la mano, o bailando un bolero. La amnesia te permite decir, al mejor estilo Simpson, que las promesas de enamorado no valen.
Respecto a mí, que me quedé en el centro del remolino, tranquilo. He tenido períodos de hacer cualquiera, pero disfruté tanto la diversidad como ahora la estabilidad. La trasgresión erótica está igual, siempre, en todos, y si la reprimís, salta como un volcán y destruye todo con su lava de lascivia (Guau!= no es mucho?)
Si tenés dudas, preguntale a los curas y a las monjas, si lográs que te digan la verdad. La olla junta presión y se arma cualquier santa inquisición. Los casos de exorsismo que he visto están impregnados de una erótica prohibida, y que como tal, toma cuerpo en los demonios que poseen el alma y la mente del poseso.
Lo mas curioso es que yo soy monogámico por naturaleza, pero sé que tengo que soltar presión de a poco. En mi caso, el arte es un recurso. Aún en la persona más equilibrada, la trasgresión erótica está presente porque forma parte de la naturaleza humana. Justamente, de la represión surgen las más aberrantes formas de perversión.