lunes, 11 de febrero de 2008

UN SUEÑO CON ESCOMBROS Y FUSILES

Siesta tardía. La tarde comienza a llenarse de gente, procesión por la Virgen. En otro lado se concretan los titulares de la política. En Luján de Cuyo, visita de la presidenta a Mendoza. La reciben con flores unos, con reclamos otros. Entre estos, la marcha de las agrupaciones de derechos humanos. Al despertar tuve una cierta sensación de bienestar, que es algo muy distinto a la felicidad o la euforia. La calma que proviene de la sabiduría. Sabiduría que no poseo. Paren. Ya dije que era sólo una sensación.

NARRACIÓN DEL SUEÑO.
Con pancartas ibamos entre edificios abandonados. Del agujero de una pared apareció el caño de un fusil, luego otro. Emboscada. Alcancé a ver el rostro de los soldados, extrañamente, su expresión era serena. Comuniqué la novedad sin dar detalles. De las paredes de ese Valparaíso onírico fueron saliendo unos pibes-milicos con sus armas. No sé de donde saqué la calma. Hablé y hablé, con unos y otros. No sé que dije, pero ayudó. Los soldados dejaron de apuntar y los manifestantes se fueron por ahí. Aspiré profundo. Me fuí solo, a disfrutar la ciudad. Como si me diera el cuero para ser un hipie.

SIGNIFICADO DEL SUEÑO.
Que Valparaíso encanta y mete miedo. No, bueno, no sé, que se yo, la explicación se la dejo a los pitonisos de la psicología. Dicen ellos que los acontecimientos del día tienen influencia en los sueños. Yo no sé que tienen que ver estas dos ciudades que opuestas a nás no poder, las protestas, los uniformados y para completar, el cántico de un sacerdote en honor a la Virgen. Cosas de la diosa Psique.

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