miércoles, 24 de septiembre de 2008

BAUHAUS y AUTOREPRESIÓN


En el último número de Fierro volvió a aparecer una historieta de Minaverry . Entonces me acordé de una salida de un año atrás. Era 20874 , con guión y dibujo del mismísimo Minaverry. Ya en propuestas anteriores este autor me había conmovido con esa estética despojada, dura, que muestra un mundo de dibujo y ademán racionalistas. Mucho uso del blanco, del silencio.

Es la Berlín de posguerra. La protagonista trabaja con archivos en una oficina del estado, en una de las dos Alemanias. Le pasan cosas que pueden parecer insignificantes pero son fuertes.

Como cuando piensa que al final de cuentas, los nazis también como ella, eran ordenados en el trabajo, pasaban sus jornadas en esa misma oficina clasificando números de carpetas que nunca abrieron, exactamente como ella.













Porque en apariencia todo está razonablemente bien. Los servicios han vuelto a funcionar. La gente consigue trabajo. Es duro pero aceptable. El futuro empieza a asomar. Sólo molesta un poco el pasado. Igual que acá. Argentina es una Berlín de posguerra.

Curioso, la herencia de la Bauhaus saltó desde República de Weimar durante la guerra hasta Nueva York y volvió en forma de ocupación extranjera.

La estética racionasta extrema de Walter Gropius y Mies había triunfado. Deberían estar mal pegada con tanta destrucción y muerte, pero los escombros que tapaban la estética n
acional socialista se removían para dar paso a la ciudad funcional.

No es una historieta popular ni simpática. Seguramente para la gran mayoría no debe ser fácil leerla con interés. Cuál es la emoción? Cuál la aventura? Incomprensible para quien no entiende que la autorrepresión es un arma que utizan los pueblos para seguir vivendo, malamente.
























1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tambien tuve la oportunidad de toparme con el último número de FIERRO y también con la historieta RAT-LINE, que me maravilló con su estética...y aunque es cierto que a primera vista uno podría creer que pasa poco, a mí, al menos, me dejo queriendo más.
Liu.