domingo, 6 de julio de 2008

NERUDA MANDA EN MENDOZA



La influencia de Pablo Neruda en Mendoza ha sido grande, más de lo que se piensa. Lo sospecho desde hace tiempo. En mi reducido entendimiento, se mantiene intacta en nuestros días. Curiosamente, no se habla de ello, quizá con un sentimiento de culpa que siempre me ha sorprendido. Como si escondiéramos los despojos de nuestro padre. (disculpen la cruel metáfora)



Comencé a confirmar la presencia de este cuerpo oculto prolijamente al notar el siguiente olorcillo con forma de paradoja. Los poetas mendocinos, salvo excepciones, no pueden salir de la encerrona que nos ofrecen los recursos nerudianos. Cuáles? Hay varios. Uno es el más embromado de todos. La multiplicación infinita de metáforas. Interesante sería estudiar el fenómeno en los textos de nuestros escritores, que jóvenes o no, siguen aferrados al, perdón por la palabra, artificio. Hecha por jóvenes rupturistaso o por señores célebres, hay un Neruda escondido detrás de cada uno, del mismo concepto de poesía que tiene la sociedad mendocina. Por eso los aplausos van para esa estética. Por eso la resistencia a que venga alguien de afuera. Por esonocido lema: Ojo con los cucurtitos, cuidado con los gelman!

Claro, el poema tiene que estar maquillado con algo de transgresión y originalidad o, en algunos casos de un clasisismo extremo, pero aunque no lo veamos el chileno siempre está. Y ya se van a cumplir ochenta años de la época en que EL nos visitaba camino a los exóticos destinos en Java, París o Barcelona y nos ponía en el mapa del mundo. De cuando se reunía con Ramponi y Tudela en el Colegio Nacional, haciendo de Mendoza una parada intermedia entre Valparaíso y Buenos Aires, trampolín para el Atlántico.


Poetas mendocinos. Primero reconozcamos que Neruda, en pleno siglo 21, es un muerto vivo entre nosotros que sigue marcando tendencia en las letras. Segundo, dejémoslo ir. Revolucionaria para su época, esa estética ya cumplió su cometido hace un siglo. MUCHACHOS, HAY QUE AFLOJERLE A NERUDA. A morder otro hueso. Que ese cuerpo quiere reposar en paz. Es inconcebible estar hablando de estos asuntos necrológicos 80 años después. Pero la verdad, entre más se oculta, más nos enferma.(Q)

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