20 de marzo de 1934.
Mi muy querido Tudela, qué vergüenza escribirle después de tanto silencio que por lo demás no guarda pecado ni olvido. Ud. sabe cuánto lo quiero a usted y solo lamento mi natural indolencia que me hace como en este caso muy desgraciado. Recibió un telegrama mío qué tienen Uds. de nuevo Fue a Chile este verano Qué es de Llosent, Ramponi y los demás ángeles Yo he escrito muchísimo, veré si con esta carta puedo mandarle algo mío. Cómo ha andado Ud. con las elecciones. Ha habido balas Nunca vinieron a pedirme un juicio sobre Ramponi de Anaconda, y yo no sé con quién entenderme. Por favor, pregúntele. Lo mismo los libros que me anunció tantas veces no llegaron nunca. Me voy en junio a Barcelona. A ver si antes nos vemos en Buenos Aires, que ya me cuesta dejar por los muchos amigos que he hecho. Escríbame y perdón a mis grandes poetas, piense que lo recuerdo a Ud. y a los muchachos cada día.
Pablo
Mi muy querido Tudela, qué vergüenza escribirle después de tanto silencio que por lo demás no guarda pecado ni olvido. Ud. sabe cuánto lo quiero a usted y solo lamento mi natural indolencia que me hace como en este caso muy desgraciado. Recibió un telegrama mío qué tienen Uds. de nuevo Fue a Chile este verano Qué es de Llosent, Ramponi y los demás ángeles Yo he escrito muchísimo, veré si con esta carta puedo mandarle algo mío. Cómo ha andado Ud. con las elecciones. Ha habido balas Nunca vinieron a pedirme un juicio sobre Ramponi de Anaconda, y yo no sé con quién entenderme. Por favor, pregúntele. Lo mismo los libros que me anunció tantas veces no llegaron nunca. Me voy en junio a Barcelona. A ver si antes nos vemos en Buenos Aires, que ya me cuesta dejar por los muchos amigos que he hecho. Escríbame y perdón a mis grandes poetas, piense que lo recuerdo a Ud. y a los muchachos cada día.
Pablo
No hay comentarios:
Publicar un comentario