querida Iris, hermana en la llingua asturiana: me pedís una visita imaginaria a un lugar en las antípodas para tu programa cultural allá en las españas (Barcelona, Xijón, no sé donde estás ahora), te puedo sugerir la provincia de Sichuan, en la china central. Ahora te cuento porqué me acerqué a ese lugar remoto. La cosa es así:
Los primeros días de mayo me encontraron leyendo el voluminoso texto La Montaña del Alma, del Premio Novel y disidente (espero esto no sea un problema), Gao Xingjian. Un libro, que a pesar de sus 700 páginas se hace liviano y no me canso de recomendar. Es la crónica de un viajero por la más tradicional y pobre de las regiones de china, enclavada contra la Meseta Tibetana. Un país donde conviven varias etnias, algunas con una antiquísima riqueza cultural. Ya sabés como es, cuando te sumergís en una historia, estás ahí adentro, te diría en carne y hueso, lo que les pasa a los personajes de algún modo te pasa a vos. Se crea una empatía. Tanto, que al terminar la novela sentís tristeza por no pertenecer más a ese universo, como si hubieras perdido tu país y tus amigos.
lo malo es que mientras acompañaba y Gao en su recorrida, ya en la página 500, entre osos panda, montañas y amoríos, ocurrió la catástrofe del terremoto de Sichuan. Espiritualmente me encontraba ahí. Con los protagonistas. La lectura se me vino abajo. Cada vez que tomaba el libro, pensaba en el sufrimiento de la gente y en la desaparición de esos lugares. Desde mediados de mayo abandoné la lectura de Gao y me puse a mirar de frente la tragedia.
leí y visité todos los lugares web que la cordura me permitió. Encontré que los chinos, lejos de censurar las noticias, se abrían al mundo. Una actitud diametralmente opuesta a la del 11 de setiembre, donde no se vió ni un herido. He puesto varias entradas del blog Quintana bajo la lluvia con vínculos a las noticias que se fueron sucediendo. De todas maneras, es un pueblo capáz de resurgir y la solidaridad se está haciendo presente. Hablar de Sichuan es mi homenaje.
no es fácil ubicarse en el Asia Central para los occidentales, pero no sé porqué debo conocer, como conozco, casi de memoria los mapas de Francia y Alemania y desconocer por completo estas culturas diversas a la nuestra y que por eso mismo, tienen tanto que enseñarnos...De todos modos, siempre podemos hablar y lo hacemos, de éste, nuestro país, que como diría Pedro Almodóvar, es un amorío con obsesión y todo. Y de este Cono Sur americano, que no se queda atrás en curiosidades, desgracias y peripecias.
con afecto, desde Argentina, Luis.
lo malo es que mientras acompañaba y Gao en su recorrida, ya en la página 500, entre osos panda, montañas y amoríos, ocurrió la catástrofe del terremoto de Sichuan. Espiritualmente me encontraba ahí. Con los protagonistas. La lectura se me vino abajo. Cada vez que tomaba el libro, pensaba en el sufrimiento de la gente y en la desaparición de esos lugares. Desde mediados de mayo abandoné la lectura de Gao y me puse a mirar de frente la tragedia.
leí y visité todos los lugares web que la cordura me permitió. Encontré que los chinos, lejos de censurar las noticias, se abrían al mundo. Una actitud diametralmente opuesta a la del 11 de setiembre, donde no se vió ni un herido. He puesto varias entradas del blog Quintana bajo la lluvia con vínculos a las noticias que se fueron sucediendo. De todas maneras, es un pueblo capáz de resurgir y la solidaridad se está haciendo presente. Hablar de Sichuan es mi homenaje.
no es fácil ubicarse en el Asia Central para los occidentales, pero no sé porqué debo conocer, como conozco, casi de memoria los mapas de Francia y Alemania y desconocer por completo estas culturas diversas a la nuestra y que por eso mismo, tienen tanto que enseñarnos...De todos modos, siempre podemos hablar y lo hacemos, de éste, nuestro país, que como diría Pedro Almodóvar, es un amorío con obsesión y todo. Y de este Cono Sur americano, que no se queda atrás en curiosidades, desgracias y peripecias.
con afecto, desde Argentina, Luis.
(con tu permiso, voy a publicar esta respuesta en el blog, porque me han preguntado varias veces el porqué de mi repentino interés por China.)