Algo conocía del tema , leyendo la voluminosa novela El ocaso de los Dioses, de algún autor ruso de nombre poco recordable, donde mostraba los insistentes intentos de Leonardo Da Vici de implementar un mecanismo para que el hombre pudiera volar. Por supuesto el perjudicado era su colaborador y discípulo, que vivía con las costillas quebradas. En serio. No es para risa, ya lo dije.
La búsqueda de algún antecedente sobre el maravilloso evento que protagonizó el cura brasileño Adelir Antonio de Carli hace unos días al elevarse en globos sobre el océano Atlántico, para nunca más volvereee, nos llevó al sitio ¡AARGH! , donde con algo de sano escepticismo, leemos:
San José de Cupertino (1603 - 1663) es un santo italiano. Se decía que era poco inteligente, pero poseedor de una levitación milagrosa e intensos estados de éxtasis. Con el tiempo fue valorado y se lo nombró santo de los aviadores, de personas con retrasos mentales y de los malos estudiantes, fue canonizado en 1767.
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