María González Rouco, en su interesante ensayo sobre la inmigración en la Argentina, cuenta un hecho extraordinario. Parece, según esta profesora, que los inmigrantes siguieron hacia las provincias sin bajar del barco en el que habían cruzado el mar.
Que un barco surque las pampas, quizá aprovechando el rocío matinal, esto es lento e improbable. Más difícil todavía resultan los médanos del desierto, al menos que se trate de una ciencia perdida para nosotros. Pero bueno, estas son conocimientos de nuestra gente especialista en historia argentina.
He colocado un mapa que daría algunas pistas del derrotero seguido por estas naves. El mapa pertenece a otro asunto, más bien colonial, pero puede dar una idea de la trayectoria que habrían seguido las corrientes inmigratorias, cruzando a puro barco, en el más curioso ejercicio práctico de alucinación colectiva.
Los Puertos de San Rafael, Río Cuarto, San Luis, Villa Mercedes, fueron seguramente los priviligiados lugares de desembarco. Las ciudades dejaron de ser pueblos y crecieron rápidamente a partir del aporte inmigratorio. La mismísima ciudad de Mendoza se vio beneficiada por la sapiencia y capacidad de trabajo de la raza europea.
Después de semejante viaje, es lógico que al llegar a estos valles, los gringos creyeran haber llegado al paraíso. O simplemente no daban más y aquí se quedaban. Cruzar la cordillera en barco ya era demasiado.
Sobre el viaje desde le Río de la Plata hasta Los Andes, aprovechando quizá un gran tsunami, no ha sido probado y no queda constancia. Los abuelos, seguramente por una confabulación transeuropea, han sido herméticos respecto al histórico viaje, que fue fundando, con viento a favor y navegando sobre la arena, la argentinidad. Total en estas tierras, casualmente, ya no había nadie.
Mas info acerca de la ciencia de navegar en tierra firme, en una próxima entrada.
He colocado un mapa que daría algunas pistas del derrotero seguido por estas naves. El mapa pertenece a otro asunto, más bien colonial, pero puede dar una idea de la trayectoria que habrían seguido las corrientes inmigratorias, cruzando a puro barco, en el más curioso ejercicio práctico de alucinación colectiva.
Los Puertos de San Rafael, Río Cuarto, San Luis, Villa Mercedes, fueron seguramente los priviligiados lugares de desembarco. Las ciudades dejaron de ser pueblos y crecieron rápidamente a partir del aporte inmigratorio. La mismísima ciudad de Mendoza se vio beneficiada por la sapiencia y capacidad de trabajo de la raza europea.
Después de semejante viaje, es lógico que al llegar a estos valles, los gringos creyeran haber llegado al paraíso. O simplemente no daban más y aquí se quedaban. Cruzar la cordillera en barco ya era demasiado.
Sobre el viaje desde le Río de la Plata hasta Los Andes, aprovechando quizá un gran tsunami, no ha sido probado y no queda constancia. Los abuelos, seguramente por una confabulación transeuropea, han sido herméticos respecto al histórico viaje, que fue fundando, con viento a favor y navegando sobre la arena, la argentinidad. Total en estas tierras, casualmente, ya no había nadie.
Mas info acerca de la ciencia de navegar en tierra firme, en una próxima entrada.
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